No nos extraña que Roman Abramovich haya montado en cólera y amenace con echar a los jugadores del Chelsea que dén mala imagen. Y es que, tras el escándalo de Terry, Ashley Cole ha seguido sus pasos ocupando, durante toda esta semana, las portadas de los tabloides por sus aventuras extraconyugales. Hace dos años su mujer, la famosa cantante Cheryl Cole, ya le castigó con seis meses sin sexo, al conocerse su infidelidad con una peluquera. Ahora, la gota que ha colmado el vaso para que la pareja esté al borde del divorcio, han sido las últimas noticias aparecidas sobre las correrías del lateral. Primero se supo que envió fotos suyas desnudo a dos chicas -una de ellas modelo erótica- y después dos amantes han contado con todo lujo de detalles sus encuentros amatorios: una secretaria que se colaba en el hotel de concentración del Chelsea como si fuera una”operación militar” con una botella de vino, y una americana, Ann Corbit, que asegura que pasó una noche con él en julio pasado cuando el Chelsea jugó en Seatle. Cheryl, mosqueada, apareció el lunes sin anillo en los Britts Awards y asegura que esta vez la ruptura es inevitable.
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Cheryl Cole
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